lunes, 28 de enero de 2013

A la mierda.

Cuando estaba en el colegio pasé por una etapa donde me importaba una mierda todo, bueno, sinceramente ahora también es así, pero de una manera diferente, creo. Tal vez me vi muy influenciado por mi película favorita, pero al igual que el protagonista, George Zinavoy, llegué a la conclusión de por qué o para qué trabajar en algo de manera dura si todos terminaremos igual. O sea, ¿de que te sirve tener un gran empleo, mucha comida, un millón de dólares en el banco, una exitosa empresa, la chica más bonita del mundo, los mejores amigos que se puedan tener, si cuando llegue tu hora terminarás igual que todos? bajo suelo, o esparcido en el aire, dependiendo de lo que hicieron con tu cadáver. Creo que desde ahí comencé a tener una visión sombría sobre el mundo, no me interesaba nada, si me sacaba malas notas, si no entendía un carajo de lo que estaba hablando la profesora, de si no leía el libro que dieron en el colegio, de si estaba solo o no, de si tenía amigos o no, de si comía o no, todo importaba una mierda, si de todas formas moriría. Supongo que es un pensamiento acorde a mi edad ya que soy un adolescente y siento que todo es el fin del mundo, sé que no soy el único que piensa así, no me interesa si es bueno o malo, solo sé que así son las cosas en mi mente. Mi mente, un lugar para escapar de todo, donde ocurre lo que yo quiero y nadie puede hacerme o decirme nada. Bueno, creo que me desvié del tema, pero al carajo, moriré de todas formas. A la mierda la coherencia.